Le scandale des poissons rouges

El escándalo de los peces rojos

F. Mattier

¿Cuántos padres se ven obligados a albergar uno o varios peces de colores, tras una feria o una kermés, en la que su hijo ha ganado este premio?

 

Sin embargo, la ley es muy clara en cuanto a la prohibición de esta práctica.

El código rural (Art. 214-4) dispone que :
« La atribución en lote o prima de todo animal vivo, con excepción de los animales de cría, en el marco de fiestas, ferias, manifestaciones deportivas, folclóricas y locales tradicionales, concursos y manifestaciones de carácter agrícola, está prohibida. »

Otro párrafo de este mismo artículo (214-7) prohíbe incluso la venta:
« La cesión, a título gratuito u oneroso, de perros y gatos y otros animales de compañía [como los peces de colores] está prohibida en ferias, mercados, rastros, salones, exposiciones o cualquier otro evento no específicamente dedicado a los animales. »

Incluso en un mercado, la venta de animales domésticos está prohibida.
Porque los servicios veterinarios no pueden controlar las condiciones de mantenimiento de los animales en estos lugares temporales.

A pesar de esta legislación, se sigue viendo muy regularmente peces de colores ofrecidos en lotes en algunas ferias.

Si las escuelas dejan de hacerlo progresivamente durante sus kermesses de fin de año, todavía existen muchos casos, a menudo por ignorancia de las reglas.
Aún es tiempo de actuar para informar a las escuelas de su sector y recordarles esta prohibición formal antes de las kermesses a finales de mes.

Un ser vivo nunca debe ser entregado en grupo, cuando su adopción no ha sido deseada, meditada y preparada, cuando se ignora todo sobre las necesidades del animal en cuestión, y a veces se es incapaz de satisfacerlas.

El ejemplo del pez dorado, que necesita un estanque de buen tamaño, o en su defecto un acuario muy grande, es el caso típico: el animal de compañía más masivamente maltratado en Francia es el pez dorado (varios millones al año).

Cuantos más seamos los que conozcamos la ley y la recordemos en todos los lugares, más pronto desaparecerá esta práctica de otro tiempo de nuestras kermesses, ferias y mercados.

Una vida vale una vida, y un pez rojo tiene derecho a la suya.

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Lucazeau Daniel

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