Recopilación: Crear un acuario low-tech

Cuando la observación y la biodiversidad reemplazan ventajosamente a la tecnología, una acuariofilia suave, apasionante, relajante... ¡por fin!

Desde hace algunos años, la acuariofilia Low-tech cuenta con numerosos adeptos, seducidos por su simplicidad y su filosofía.
Se trata de una práctica acuariófila que limita al máximo el uso de la técnica, para favorecer en cambio los equilibrios naturales.
El Low-tech nació del fenómeno de los poubellariums, que apareció en 2004 con un foro de internet que desde entonces se ha vuelto extremadamente popular.




Algunos acuaristas experimentados descubrieron en esa época que sus peces, sacados en verano al jardín en simples recipientes llenos de agua (a menudo simples cubos de plástico), estaban en mejor forma en otoño que sus congéneres que permanecieron en el acuario. Esto, por supuesto, iba en contra de todos los preceptos enseñados entonces en la literatura acuarística.
Entonces tomamos conciencia de la inutilidad del filtro en el equilibrio biológico y del papel perjudicial del estrés que los peces sufren debido al equipo técnico: ruido, homogenización artificial de las temperaturas, luz brutal, etc.
En resumen, el reemplazo de la tecnología por un verdadero equilibrio natural hace que los peces sean más resistentes y requiere infinitamente menos mantenimiento.




Este tipo de acuario "que funciona solo" requiere, sin embargo, más observación... ¡lo cual no es finalmente desagradable para su propietario!
La ausencia de filtro y de bomba de aspiración permite introducir sin riesgo todo tipo de criaturas que vienen a aumentar la biodiversidad, alimentar a los peces, enriquecer la flora bacteriana útil, pero también completar el espectáculo natural y relajante que constituye el acuario.

Algunos incluso cruzan el umbral del acuario sin peces, completamente dedicado a las plantas y a una biodiversidad abundante. La ausencia de peces permite que una microfauna muy rica y fascinante sobreviva y se desarrolle.
De la fascinante asélido a las saltando dafnias, pasando por los ostrácodos que salieron directamente de la prehistoria, pasamos horas observando el ballet silencioso y apacible de la vida acuática.
La danza hipnótica de Gusano negro de lodo, las poses cómicas de la caracol vejiga, el extraño glossifonía y la discreción del caracol más pequeño que se pueda encontrar, todo invita a la meditación.
Casi ningún mantenimiento, sin comida diaria ni ruido de motor, ¡estos acuarios sin historias viven su vida solos!