Caracoles vejiga

Un pequeño caracol sin historia, aficionado a las algas y, por lo tanto, buen limpiador. Muy activo durante el día, es interesante de observar y se reproduce con gusto.

Los caracoles vejiga son, junto con las limnea, los caracoles más comunes en nuestros ríos y estanques.
A diferencia de las limnea, los caracoles vejiga no atacan a las plantas vivas, lo que los hace preferibles en acuarios.
Hay que evitar recoger estos caracoles en la naturaleza por una razón simple: son reservorios de ciertos ciclos parasitarios que incluyen a los peces y podrían contaminar así a sus inquilinos. Se necesitan varias generaciones de cría sin peces para romper estos ciclos parasitarios.
Aparte de este punto, la caracol vejiga es un encantador pequeño caracol que vive durante el día, de tamaño reducido y muy prolífico si las condiciones lo permiten.
Su único depredador serio es la glossifonía, pequeña sanguijuela inofensiva que ofrecemos para limitar su población cuando se vuelve invasiva.
Los caracoles vejiga realizan un importante trabajo de limpieza, especialmente para consumir las algas de los cristales de los acuarios, pero también, de manera accesoria, para hacer desaparecer los cadáveres de peces o de diversas criaturas. Cuando las algas están presentes, proliferan, y disminuyen cuando el medio se vuelve más pobre en algas. Por lo tanto, son un excelente indicador.
Inútil alimentarlos entonces, ya que el ciclo biológico tal como es les basta.
Son hermafroditas, es decir, que tienen los dos sexos, pero necesitan ser dos para reproducirse.
A diferencia de los melanoides, los caracoles vejiga también respiran aire atmosférico en la superficie. Por lo tanto, suben regularmente para respirar.
Están cómodas tanto en el exterior como en el interior, incluso en invierno con fuertes heladas.

Peso indicativo: 30g